domingo, 11 de mayo de 2014

Una mini-historia estilográfica

Esta es una historia de amor discontinua que comenzó cuando iba al colegio, es decir, hace mil años. Mis padres tenían unos amigos franceses que venían los veranos unos días a casa. Sus hijas traían de todo para mandar postales a sus amigos. Sus estuches eran un tesoro para mí. Traían plumas y un montón de cartuchos de muchos colores. En cuanto se fueron bajé a la librería que aún sigue debajo de casa. Librería Clarín, me chifla. Allí compré mi primera pluma: una Inoxcrom escolar roja y negra.     Ay, que importante me sentía!! Debido a un pisotón, le siguió otra verde y negra. Las tuve de todos los colores.



Supongo que abandone el uso de la pluma por los bolis de gel en cuanto tuve que coger apuntes más rápido, o algún día me quedaría sin cartuchos, que me conozco. Al cabo de tropecientos años, dando una vuelta por un centro comercial cerca de casa, me planto en la zona de papelería. Y allí veo una pluma escolar de lo más bonita. Es que sigo siendo infantilona, qué se va a hacer... Y caprichosa, porque me la traje a casa con una bolsita de cartuchos de colores variados. Había varios modelos, y me hice con ellos. Como es lógico, cada pluma con un color distinto. Esta parte es la más interesante: asignar el color a la pluma. 



Una monada!! Así cualquiera vuelve a las buenas costumbre. Encontré un foro de plumas estilográficas y eso si que fue todo un descubrimiento. Al principio, como buena novatilla, empecé con una Lamy. Para ver si teníamos "feeling". Y lo hubo. Poquito a poco he ido leyendo y aprendiendo más. Me chiflan las tintas, los convertidores, los viales... Ahora en el foro estamos con una compra conjunta de viales para intercambiar tinta. Parece una tontería pero no lo es. No es lo mismo ver la foto de una tinta que se ve en una foto que entintar una pluma y probarla. Así me puedo dar cuenta si la esperaba más oscura, más clara. Y si me convence, entonces si que lanzo a comprar el tintero. Por ahora esta es mi favorita:


Una preciosidad de pluma y una tinta que le va perfecta. Hasta aquí la introducción al mundo de las estilográficas. Continuará en próximos capítulos.




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