lunes, 1 de septiembre de 2014

Feliz año nuevo!!!

Hoy es lunes, día 1 y evidentemente principio de mes. El fin de año debería ser ahora y no en diciembre. Es ahora cuando se empieza el curso, se vuelve al trabajo, a la rutina, los niños al cole, todo. Es ahora cuando nos hacemos los buenos propósitos y no en las navidades. Ahora nos proponemos hacer mil cosas de las que haremos menos de la mitad. 

Dentro de unos días yo también vuelvo "al cole". Vuelvo a las clases de idiomas, que además es de las cosas que más me gustan. Así que ya lo tengo casi todo preparado, como una colegiala más: mis libretas, una pluma de cada color, mi cartera de cuero zarrapastrosa... Lo único, que vuelve a ocurrir lo mismo que en mi infancia: empiezo las clases el día de mi cumpleaños. No hay fiesta ni nada de eso, pero... precisamente ese día!!! Por protestar, vaya.

Mientras tanto, a la espera de que llegue el día me entretengo con las cosas más variopintas y que a mi novio le parecen rarísimas. Me gusta ver webcam de animales salvajes. En concreto, hay una web que me tiene maravillada desde hace un par de años. Se pueden observan nidos de cigüeñas, de cárabos (búhos pequeñitos) y águilas pescadoras. Me parece fascinante observar  como les dan vueltas a los huevos en el nido, cuando eclosionan y como los padres van y vienen para alimentar a la prole. En invierno también se pueden observan ciervos, porque la cámara está colocada donde les dejan heno y zanahorias los voluntarios de la zona. Y dentro de poco, pondrán uno con comida para los pájaros, para que pasen el invierno. También hay webcam donde se pueden ver focas con sus crías. En esto, son como las personas: la suerte depende de dónde nacemos. Si estuvieran en Canada, podrían morir para hacer abrigos, mientras que en Estonia se les protege. 

Este no ha sido un buen año en el nido de las cigüeñas negras. Primero llegó la hembra. Normalmente el macho llega a los pocos días, según las corrientes de aire. La pobre cigüeña tuvo que esperar casi diez días. Y el macho tuvo un recibimiento muy acalorado y bonito de ver. Desarrollé mi faceta voyeur (voyeureusse en mi caso?) y tras varios días de apareamiento, mamá cigüeña incubó tres huevos, pero sin saber la causa, arrojó uno detrás de otro al vació. Y la pareja abandonó el nido al poco tiempo. Me intriga mucho porqué ha sucedido así este año.

También hay otra cámara en la costa, con una cala preciosa. Me dice mi novio que si no me canso de ver siempre la misma imagen. Pero me encanta ver cómo va cambiando el cielo, la luz a distintas horas del día. Es en Estonia, así que anochece mucho más pronto y el mar ya tiene color gris, que se adivina lo fría que ya está el agua. Dentro de poco nevará y es un paisaje espectacular, que me da un poco de morriña. Cada loco con su tema, y yo estoy un poco más que la media.

Me vuelvo con mis plumas y mis libretas a maravillarme con las tintas. Pero antes pongo un enlace por si a alguien le gustaría echar un vistazo:


viernes, 11 de julio de 2014

De nuevos los horrores veraniegos

Desde que tengo uso de razón hemos tenido un perro en casa. Siempre han sido un miembro más de la familia y han venido siempre con nosotros a la playa, los fines de semana al pueblo...  La perrita que más me ha marcado era Pitu, una Gos d'Atura listísima. Le encantaba ir los fines de semana a la playa en invierno. ¡Menudas carreras! También tenía alergia a las picaduras de pulga. Y en cuanto le veía alguna, que a veces era inevitable a estar en contacto con otros perros, tenía una paciencia infinita mientras se las quitaba. 

Recuerdo, de muy pequeña, ir con mi abuela a casa de mi bisabuelo, para hacerle comida para un par de días. Era viudo y vivía solo en la planta baja de una casa, ya sin más vecinos. Le gustaba mucho caminar y siempre iba con no menos de cinco o seis perros grandes, todos abandonados o que nunca habían tenido dueño. Mientras mi abuela le preparaba la cena, yo salía al hueco de la escalera para acariciar los perros. Teníamos la misma altura. Cuanto más grandes, más buenos. 

Decía mi bisabuelo Colás, que aquellos perros eran más nobles que muchas personas. Con toda la razón, es así. Los animales son buenos por naturaleza. Sólo buscan cariño y devuelven más. Los animales tienen sentimientos como nosotros. Incluso más profundos. Por eso no soporto a las personas que hacen daño o disfrutan viendo sufrir a un animal. Me parecen sicópatas.  El que hace daño a un animal, lo hará sin duda a una persona. 

Una corrida de toros es un espectáculo cruel. Me da igual que digan que han tenido muy buena vida hasta entonces. Tampoco yo me quejo de la mía, merezco entonces una muerte tan dolorosa? Con los sanfermines, he visto la foto de una niña muy pequeña dando una patada al cadáver o cuerpo agonizante de un toro. Me ha dolido el poco respeto al animal. Dicen que los toros es una tradición muy antigua. Como el espectáculo vergonzoso del Toro de la Vega. Pues que sigan con la tradición de la noche de pernada en ese mismo pueblo. Disfrutemos para todo siendo medievales, sobre todo en esos pueblos que todos los veranos matan vaquillas, les dan patadas, cuchilladas... Gente primitiva que no evoluciona y disfruta con la tortura de seres a los que no deja defenderse. Pues que los lleven a todos al circo romano y que los coman los leones. 

Los lobos matan ganado. Claro, y si yo tuviera hijos y nada que darles de comer, también me comería una oveja. Si los acomplejados cazadores no esquilmaran todo, el lobo tendría qué cazar.

Decía M. Gandhi: "Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales."

La nuestra es un asco. Y lo estamos pagando. 

domingo, 8 de junio de 2014

Hoy es un gran día

Tengo mi despachito! Mi escritorio! Puede resultar raro, pero llevaba mucho tiempo esperando que pasara. Hasta ahora escribía en el sofá, inclinada sobre la mesa del salón, en la mesa de la cocina...

Hoy mi chico se ha levantado inspirado y se ha mudado de su habitación-despacho a la habitación-biblioteca. Es lo que tiene no tener niños y tener un gato que le da igual lo que hagamos. Total, que ahora tengo un despachito la mar de mono: con mi mesa, la radio, una alfombrita con los juguetes del gato. Una delicia. Aquí puedo escribir mis cartas, dibujar, poner el portátil sin hacer malabarismos. Viva la modernidad! Viva mi chico!! Que le quiero mucho aunque reciba bufidos de vez en cuando. Es que se pega todo menos la hermosura.

La próxima entrada prometo que será más larga y hablaré del libro que estoy leyendo, y que terminaré en nada. 




domingo, 18 de mayo de 2014

El sabor prohibido del jengibre - Jamie Ford

El bombardeo de Pearl Harbor ha tenido lugar hace muy poco y gracias a una beca, Henry es el único estudiante chino que estudia en una prestigiosa escuela. Sufre el acoso y desprecio de sus compañeros, que lo insultan y tratan de  japonés. Su único amigo es un cantante callejero negro, lo que tampoco le ayuda a integrarse. 
Conoce en su escuela a la única estudiante nipona, becada como él y sufriendo los mismos insultos. La amistad es inevitable y es el único motivo de Henry para ir a la escuela. La familia de Henry desprecia a la de su amiga Keiko por ser japoneses. Henry sufre en la escuela por ser chino. Ambos chicos han nacido en Estados Unidos pero sufren el racismo por todos lados.
Pero pronto serán evacuadas todas las familias japonesas y Henry tiene que empezar a tomar decisiones por sí mismo.
Una novela que trata de las diferencias de padres e hijos, de culturas y de las circunstancias que mueven en direcciones insospechadas.


Una historia que atrapa y la trama no decae en ningún momento. Casi la he leído del tirón.

lunes, 12 de mayo de 2014

No quiero ser artista

Aunque en realidad, un poquito si que lo soy, porque soy una incomprendida. De niña, doce años más o menos, mi madre me apuntó a clases de pintura. Una amiga suya daba clase los sábados por las mañanas de iniciación a la pintura. A mi progenitora siempre le han gustado mucho los cuadros. Recuerdo muchas veces ir a ver con ella exposiciones, y a mi padre sacar el taladro cada poco para mover los que ya había en caso y hacer un hueco más. 
Mi primer cuadro al óleo fue un paisaje en la playa. Con un par de gaviotas del tamaño de un perro. Unas figuras "desdibujadas" y una barca un poco rara. A mi madre le encantó: "que marina más bonita". Y encontró hueco en el pasillo. El segundo cuadro era una vista de una habitación, un poco oscuro, pero también contó con el beneplácito moderno. En las clases, pasamos a los collage. Hicimos uno conjunto que la profe se animó a presentar a un concurso y ganamos algo. Era un poco churro, pero se ve que hizo gracia. Lo siguiente que nos enseñaron fueron las litografías. Me fascinaron porque era una manera totalmente distinta de lo que conocía. Llegué a mi casa con una litografía preciosa y muy moderna de un papagayo rojo. Mi madré me preguntó muy ofendida qué era "eso".  Que siguiera haciendo cuadros bonitos. Evidentemente, me faltó tiempo para contárselo a mi profe. A su vez le faltó tiempo para reñir a mi madre, que parece ser que no fue la única que se quejó de la obra de su prole. Total, creo que fui un par de veces más y lo dejé.
Yo no quería hacer cosas bonitas, sino cosas que me gustasen.

Hace poco más de un año, tuve ganas de ir a un taller de muñecos de porcelana fría. Me parecía que se podían hacer cosas preciosas.  A mi chico le parecía una chorrada y que era una caprichosa. Creo que tenía miedo de que llenara la casa de muñequitos. Duró todo un sábado y volví a casa con un muñeco un poco churro, pero contenta.

También hice un taller de tartas de fondant. Mi chico me recordó muy amablemente que no me convenía hacer muchas tartas. Bueno, ya volví a casa con una tarta bastante decente para ser la primera que había hecho. El fondant era muy empalagoso, pero la tarta estaba muy rica. Se acabaron las tartas.

Esta mañana he visto el anuncio de un taller de acuarela para principiantes. Ooooohh! Yo quiero eso, yo quiero ir!!! Tendría que sacar un billete de tren, porque el taller está a dos horas de mi casa. Dura un par de horas. Pero sumando el precio del billete, el precio del curso, material que necesito... Mi chico me recuerda que no me desmadre que estoy un poco pobretona. Que me compre una caja de acuarelas y me ponga a pintar. Pues no, yo quiero aprender. Es el sino de mi vida, no se toma en serio. Total, he cedido no voy al taller. Voy a otro que he encontrado a mi ciudad. Pero yo quiero ir, hacer algo que me guste, aunque sólo sea un dibujo feo. 

Mucha gente va a cursos de cocina y no por ello abre restaurantes. A talleres de literatura creativa, y no publican ningún libro. Pero me gusta emocionarme con cosas que me parecen interesantes. Me gusta más el recorrido que el resultado. Sólo quiero disfrutarlo. 

Continuará en próximos capítulos. 

domingo, 11 de mayo de 2014

Una mini-historia estilográfica

Esta es una historia de amor discontinua que comenzó cuando iba al colegio, es decir, hace mil años. Mis padres tenían unos amigos franceses que venían los veranos unos días a casa. Sus hijas traían de todo para mandar postales a sus amigos. Sus estuches eran un tesoro para mí. Traían plumas y un montón de cartuchos de muchos colores. En cuanto se fueron bajé a la librería que aún sigue debajo de casa. Librería Clarín, me chifla. Allí compré mi primera pluma: una Inoxcrom escolar roja y negra.     Ay, que importante me sentía!! Debido a un pisotón, le siguió otra verde y negra. Las tuve de todos los colores.



Supongo que abandone el uso de la pluma por los bolis de gel en cuanto tuve que coger apuntes más rápido, o algún día me quedaría sin cartuchos, que me conozco. Al cabo de tropecientos años, dando una vuelta por un centro comercial cerca de casa, me planto en la zona de papelería. Y allí veo una pluma escolar de lo más bonita. Es que sigo siendo infantilona, qué se va a hacer... Y caprichosa, porque me la traje a casa con una bolsita de cartuchos de colores variados. Había varios modelos, y me hice con ellos. Como es lógico, cada pluma con un color distinto. Esta parte es la más interesante: asignar el color a la pluma. 



Una monada!! Así cualquiera vuelve a las buenas costumbre. Encontré un foro de plumas estilográficas y eso si que fue todo un descubrimiento. Al principio, como buena novatilla, empecé con una Lamy. Para ver si teníamos "feeling". Y lo hubo. Poquito a poco he ido leyendo y aprendiendo más. Me chiflan las tintas, los convertidores, los viales... Ahora en el foro estamos con una compra conjunta de viales para intercambiar tinta. Parece una tontería pero no lo es. No es lo mismo ver la foto de una tinta que se ve en una foto que entintar una pluma y probarla. Así me puedo dar cuenta si la esperaba más oscura, más clara. Y si me convence, entonces si que lanzo a comprar el tintero. Por ahora esta es mi favorita:


Una preciosidad de pluma y una tinta que le va perfecta. Hasta aquí la introducción al mundo de las estilográficas. Continuará en próximos capítulos.